Quizás el riesgo más significativo es la pérdida de sensibilidad en la zona del labio inferior cuando durante la intervención se toca o se secciona el nervio mentoniano, dicha pérdida de sensibilidad puede ser temporal o permanente. Por ese motivo hay que ser especialmente cuidadoso cuando se opera en esa zona porque no nos vale tocar el nervio con un implante demasiado largo pero tampoco nos sirve un implante demasiado corto que no aguante la carga a la que será sometido.
Por otro lado es fundamental que los implantes estén correctamente colocados desde un principio, puesto que una vez que éstos se oseintegran quedan «soldados» al hueso y si fuese necesario extraerlos perderíamos mucho hueso maxilar, lo cual complicaría enormemente una rehabilitación y por supuesto los resultados nunca serían los mismos.